Nos quitaron la luz, se llevaron las velas
nos dejaron la mesa vacía y el corazón lleno de ausencias.
Andamos con prisa bajo los escombros,
sobre nuestras cabezas las ruinas de lo que éramos
antes del desastre
(antinatural)
al que nos sometieron estos gobiernos.
Sin temor a dios, y a ningún santo
nos han arrebatado la vida de las manos
invadieron nuestro campo
nos han despojado de nuestra tierra,
y de nuestros hermanos
los exiliados.
Esta noche una extranjera en el extranjero
extraña su casa porque hace frío
y yo la extraño a ella
y ansío verla de nuevo, entre el gentío.
Esta noche una madre llora a su hijo perdido,
se lo mató una bala perdida mientras jugaba en la esquina
“fue el bandido ese de la Florida”, escuchó a la vecina.
Esta noche una niña y un perro pasean por la avenida
con el estómago en las costillas,
ella cayó rendida junto a la autopista
un carro pasó a doscientos y su cuerpo ahora yace en el pavimento
extendido,
el perro que escuchó el alarido
salió corriendo y se tumbó a su lado
esperando al otro carro para acabar el sufrimiento estando dormido
Esta noche. Esta noche como cada noche estoy yo buscando la tregua en una palabra.
Nos quitaron la luz (otra vez), se llevaron las velas, nos dejaron el corazón roto y la ausencia.
Pero nos quedan las voces de los que aún cantan, y las palabras.